Pro Vida

Las mujeres que apoyan el asesinato de otras mujeres

Todos los días vemos, en los medios de comunicación, una o varias noticias que intentan presentar el aborto como un derecho humano de las mujeres –que no solo debe ser “respetado” por la sociedad civil, especialmente por quienes nos oponemos a esta práctica– sino que además debe ser “custodiado” por todos los estados que también deberían “asegurar” el acceso al mismo haciéndolo “legal, seguro y gratuito”.

El bombardeo es de nunca acabar y tiene una estrategia más o menos parecida en todos lados. Es casi como un molde: si el asunto es promover el aborto por violación, entonces las feministas presentan el caso de alguna adolescente o niña (a la que nunca protegen para que no la violen) y esconden su identidad para que NADIE le preste ayuda si es que ella y su familia tienen al bebé.


Es decir, no solamente buscan que se mate al niño o niña por nacer, sino que además le niegan al nuevo ser, a la madre y a la familia, la posibilidad de que puedan recibir ayuda… que por lo general proviene de los católicos.


Si el caso es apoyar el aborto por anencefalia o por malformaciones genéticas, la cosa es parecida. Se esconde a la madre o se le presenta como “víctima” de una trauma psiquiátrico que la marcará para siempre si da a luz y no mencionan ni un ápice del síndrome post-aborto, ese terrible mal que en algunos casos termina con el suicidio de la mujer que ha caído en la cuenta de que con el aborto lo que hizo fue colaborar con el homicidio de su bebé.


Un caso reciente y mediático de este terrible mal fue el de la joven actriz de Bollywood, Jiah Kahn que no pudo superar la depresión luego de permitir que mataran a su pequeño (o pequeña) dentro de su vientre.
Las feministas, que por lo general tienen mucho dinero para promover su agenda de muerte, son las primeras en condenar, rechazar o repudiar cualquier ataque contra las mujeres en general.
Sin embargo, cuando el asunto es el aborto, allí no les interesa en lo más mínimo que la mayor cantidad de bebés asesinados a través de esta práctica, sean paradójicamente niñas, como lo demuestran los estremecedores números de la India y China.
De hecho, tienen todo un lenguaje bastante especial para referirse a los niños o bebés por nacer. En el mejor de los casos le dicen feto. Y consideran absurdo que “el feto tenga más derechos que las mujeres”.
Tienen que saber que siempre habrá alguien que les recuerde que lo que hacen es, esencialmente abominable: mucho peor que el holocausto nazi, bastante más aterrador que el genocidio de los millones de armenios por parte de los turcos (algo que el gobierno de ese país no admite, por cierto), algo que sobrepasa cualquier película de ficción en el que se extermina a seres humanos.
Para ellas el niño o la niña por nacer “no deseado” es un problema y es tan problemático que merece la pena de muerte.
Las feministas, estén donde estén, tienen que saber que podrán aprobar las leyes que sean, podrán amenazar con arruinar sus carreras a los médicos, enfermeras y/o profesionales que siempre defienden la vida, pero no van a tener el camino libre nunca.
No nos podrán callar. Ni ahora ni nunca.
Esto de la defensa de la vida, tema crucial del que nunca se habrá hablado lo suficiente, trasciende la cuestión religiosa. Es esencialmente humano. Todos tenemos la misión de defenderla ante cualquier tipo de amenaza. Siempre habrá algo que podamos hacer desde el lugar en el que estamos.
Recordemos que, en general, las personas se oponen al aborto. Y eso suele verse curiosamente también en las encuestas que las mismas feministas encargan.
Esto se ve en las multitudinarias marchas a favor de la vida y en contra del aborto, como la que congregó a unas 650 mil almas en enero en Washington, o que reunió hace pocos años a 1,5 millones de personas en Madrid, o que hizo salir a las calles de Perú en marzo y abril a unas 200 mil personas aproximadamente.


Las feministas no pueden contra la consciencia humana –aunque en algunos casos sí está adormecida– simplemente no pueden. Tendrán plata, pero no la fuerza ni los medios para erradicar la bondad inherente a las personas.


La defensa de la vida humana es una gran tarea ahora: los laicos, los creyentes y no creyentes, el movimiento pro-vida, las familias. Todos juntos.


Como dijo el Papa Francisco en la reciente jornada Evangelium Vitae en el Vaticano el domingo 16 de junio: “miremos a Dios como al Dios de la vida, miremos su ley, el mensaje del Evangelio, como una senda de libertad y de vida. El Dios vivo nos hace libres. Digamos sí al amor y no al egoísmo, digamos sí a la vida y no a la muerte”.


FUENTE: http://www.aciprensa.com/blog/las-mujeres-que-apoyan-el-asesinato-de-otras-mujeres/#.UcRX6vlLNeA

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Las 10 frases más reveladoras que se les escaparon a médicos abortistas

¿Por qué no enseñan los ultrasonidos a las mujeres? ¿Qué pasa con el fórceps? ¿Sufren dolor los fetos ¿Y las chicas? ¿Cómo lo vive el abortista, qué siente el médico?

En España es famosa una frase que le dijo el dueño de la clínica abortista Dator, de Madrid, al doctor Jesús Poveda, veterano activista pro-vida que a menudo la recuerda en público: "yo le pregunté cómo es que él, siendo médico, sabiendo lo que es de verdad un aborto, puede realizarlos", explica Poveda, "y él me respondió: ´Hasta yo me asombro de las cosas de que soy capaz por dinero´ ".

En una sociedad de la comunicación, los técnicos y empresarios del aborto hablan (o escriben: en congresos, memorias, diarios...) y sus frases permanecen. En LiveActionNews.org han recopilado 10 frases reveladoras.

1. "A ellas no se les permite nunca mirar la pantalla de ultrasonidos, porque sabemos que si lo hacen y escuchan el latido del corazón, no querrían hacerse el aborto" - Dr. Randall, antiguo abortista

2. "Incluso hoy lo siento como algo un poco peculiar, porque como médico fui entrenado para conservar la vida, y aquí estoy, destruyéndola" - Dr. Nejamin Kalish, abortista.

3. "Tienes que llegar a ser un poco esquizofrénico. En una habitación, animas a una paciente y le dices que la ligera irregularidad cardíaca del feto no es importante, que tendrá un bebé bueno, sano. En la otra habitación, le aseguras a otra mujer, a la que le acabas de hacer un aborto salino, que es buena cosa que el latido del corazón sea ya irregular, que no se preocupe, que no tendrá un bebé vivo. De repente, uno se da cuenta de que en el momento de la infusión salina había mucha actividad en el útero. No eran corrientes de fluido. Era, obviamente, el feto dañado al tragar la solución de sal concentrada y pateando violentamente, y eso es en cualquier sentido el trauma de la muerte. Alguien tiene que hacerlo, y desafortunadamente somos los ejecutores de este acto". - Dr. John Szenes, abortista.

4. "Decirle a esas mujeres que sus fetos sienten dolor es acumular tormento sobre tormento. Esas mujeres tienen un dolor real. No llegaron con facilidad a esta decisión. Crear otra barrera para ellas para alcanzar el cuidado médico que necesitan es realmente injusto" - Dave Turok, abortista.

5. "Esta es la razón por la que odio el uso excesivo del forceps: las cosas se rompen. Solo hay dos tipos de doctores que dicen nunca han perforado un útero, los que mienten y los que no hacen abortos" - Un abortista anónimo.

6. "Me fui donde ya no tuviese que soportar ver cuerpecitos nunca más" - Dra. Beverly McMillan, antigua abortista

7. "Creo que he sido afortunada por formar parte de esto. Si no me hubiera implicado, habría ido por la vida perfectamente satisfecha de acudir a fiestas de la sociedad médica y habría resultado muy, muy soso. Me habría aburrido como una tonta". - Dra. Jane Hodgson, abortista pionera

8. "La pena, bastante distinta al sentimiento de vergüenza, la exhiben de una forma u otra prácticamente cada una de las mujeres a las que les he practicado un aborto, y eso son unas 20.000 a fecha de 1995. La pena se revela en el hecho de que la mayoría de ellas lloran en algún momento durante la experiencia. El proceso de duelo puede durar unos pocos días o varios años. El duelo a veces se aplaza. El duelo puede yacer sublimado y dormido durante años" - Dra. Susan Poppema, abortista.

9. "Si veo un caso, de más de 20 semanas, donde francamente eso es un niño, para mí, realmente me hace pensar y sufrir, porque ¡el potencial está aquí tan inminente! Por otro lado, tengo otra postura, que creo que es superior en la jerarquía de preguntas, y es esta; ¿quién posee ["owns"] a este niño? Tiene que ser la madre". - Dr. James McMahon, abortista.

10. "Sabemos que es matar, pero el estado nos permite matar bajo ciertas circunstancias" - Dr. Neville Sender, abortista.

FUENTE: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=26976

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¿Humanos no personas? ¿Personas sin derechos?

Los 5 Puntos Comunes a la Esclavitud y el Aborto: Gallardón los compara con Razón

El Ministro de Justicia español Recuerda Que Lincoln Tuvo Que enfrentarse a la Izquierda para Liberar a los Esclavos. Pero hay más similitudes con el aborto.

El ministro español de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, ha pedido al secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, Eduardo Madina: "no tenga miedo a liberarse de muchos prejuicios del pasado. Sea auténticamente progresista y defienda de verdad a los más débiles, y piense que en este caso el más débil y el que necesita la protección es el concebido", es decir, no nacido, el nasciturus.

Como hizo la semana pasada la vicesecretaria socialista, Elena Valenciano, también Medina volvió este miércoles a preguntar en el Congreso por la reforma de la Ley del Aborto de 2010. Gallardón reiteró que el PP ya anunció que cambiaría la ley cuando se aprobó en el Congreso, que se comprometió en su programa y que los españoles respaldaron el programa con su voto


Gallardón también señalo al líder socialista que según la Constitución Española y el Tribunal Constitucional el nasciturus es un "tertium" (un tercero, una parte en conflicto) "y que por lo tanto es susceptible de protección".



Anuncio de esclavos en Cuba del Diario de la Marina de 1846

Izquierda abortista, izquierda esclavista


A continuación, el ministro señaló ejemplos históricos en los que la izquierda no apoyó a los más débiles: así, en 1931, diputados izquierdistas como Indalecio Prieto se opusieron al voto femenino en España

Y también recordó el caso de Lincoln y la esclavitud (recientemente recordado en el cine por Spielberg): "mire el debate de la decimotercera enmienda de Estados Unidos con Lincoln a la cabeza, donde los demócratas se opusieron a la abolición de la esclavitud. ¿Cuántas veces se habrán arrepentido los demócratas de eso?", dijo Gallardón. 

(Hay que señalar que en esas fechas -en la década de 1860- España tenía 368.000 esclavos en Cuba y unos 40.000 en Puerto Rico según el historiador Christopher Schmidt Nowara, de la Fordham University; la esclavitud en el Caribe español acabó realmente en 1886, 20 años después que en EEUU).


Esclavitud y aborto: dos temas cercanos

La prensa de izquierdas ha señalado con asombro que Gallardón recuerde el caso de la esclavitud, algo que hizo también hace pocas semanas el obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, y algo que hace el movimiento provida de EEUU continuamente, porque las similitudes entre el aborto legal y la esclavitud legal son evidentes y rotundas. Así, la asociación BlackGenocide.org, ha señalado las 5 argumentaciones que usan tanto esclavistas como abortistas
1. Los opresores niegan a la víctima la categoría de "persona", incluso desde sus más altos tribunalesAsí, en 1857 el Tribunal Supremo de EEUU (un país democrático, con elecciones y equilibrio de poderes y una Constitución) estableció que los negros eran "una clase de seres inferior y subordinada". Y en la vida cotidiana eran mencionados como "mercancía", "producto", "unidades", "machos y hembras", y a los niños "crías", etc... De igual forma, en 1973 el Tribunal Supremo de EEUU declaró que "la palabra ´persona´ no incluye al no nacido, tal como la usa la Constitución" (la misma que permitía la esclavitud, la misma que mantienen hoy, aunque con enmiendas).

El lenguaje abortista, como el esclavista, deshumaniza al ser humano en su fase prenatal y le llama "producto de la concepción", "nasciturus", etc... La Ministra Bibiana Aído en España se hizo famosa diciendo que el embrión humano era un ser vivo que no era humano.

2. Los opresores, en vez de hablar del oprimido,hablan del "derecho a elegir" (de los opresores, por supuesto)En los debates en el Senado de EEUU en 1858, el senador Stephen Douglas insistía en que él personalmente estaba en contra de tener esclavos, pero que cada Estado de EEUU tenía el derecho a elegir si quería ser un estado esclavista o no. También era común que los empresarios esclavistas dijesen: "si no quieres tener esclavos, no los tengas, nadie te obliga, pero no limites mi derecho a elegir tenerlos". Olvidan que ellos sí obligan al esclavo a ser su propiedad (por no hablar de cómo pervierte la economía, el trabajo y la competencia el que unos usen esclavos y otros paguen sueldos a sus trabajadores). Lo mismo sucede hoy. Los pro-aborto dicen que "abortar es un derecho", que "no es obligatorio" y que es el "derecho a elegir" (la mujer "elige" abortar; el médico "elige" practicar el aborto). Dejando a un lado que hay sanitarios, médicos y mujeres forzadas y presionadas para hacer abortos (y hay mil formas de presionar), es evidente que al humano no nacido se le ha obligado a ser víctima, a morir. Además, se obliga a los padres y maridos, y a los abuelos y abuelas, y a las personas que querrían adoptar o proteger al niño a asistir impotentes a la eliminación de su hijo, nieto o simple congénere humano. El "si no quieres no lo hagas, pero déjame hacerlo a mí" lo han usado los esclavistas, los abortistas y muchos otros que querían justificar sus crueldades. 

3. Los opresores usan argumentos económicos: la opresión es necesaria por sus beneficios (para el opresor)Los esclavistas insistían en que el bien económico necesitaba la mano de obra esclava... la sana y fuerte, se entiende.Los abortistas insisten en que el bien económico de la mujer (y a veces también el "bienestar físico, psíquico y social") requiere del aborto. A veces incluso presentan estadísticas (por lo general muy erróneas) sobre lo bueno que es el aborto para "ahorrar costes" a la sociedad, eliminando niños "que no serán queridos y causarán costes sociales" o, directamente, eliminando hijos enfermos. Como en la esclavitud, se valora la producción de "sanos y fuertes". El humano es visto como mero objeto productivo... o un impedimento eliminable. 


4. Los opresores hablan del oprimido como de una enfermedad, amenaza sanitaria, plaga que hay que controlarEs otra forma de deshumanizar. Los esclavistas podían recurrir a este argumento, e incluso Benjamin Rush, un científico de la época que personalmente se oponía a la esclavitud, consideraba que los negros eran enfermos, algún tipo de blancos deformados en necesidad de una cura. Pero otras veces bastaba con considerarlos "parásitos".De igual forma, los abortistas hablan del feto y el embrión humano como un "parásito" dentro de la mujer (por ejemplo, Warren Hern, en su libro de texto que enseña a realizar abortos "Abortion Practice"). Y hablan del aborto como de una práctica "médica", cuando lo cierto es que el aborto no cura nada y muy a menudo empeora la salud (física, mental) de la mujer.


5. Los opresores declaran que la opresión es lo más humano y compasivo que se puede hacer con los oprimidosAsí, los esclavistas decían que los negros no se podían cuidar ni alimentar solos, que se dañarían, morirían, que siendo esclavos viven mejor.De igual forma, los abortistas dicen que es mejor matar al niño antes de que nazca a que viva en un mundo donde hay enfermedades, pobreza, sufrimiento... Presentan su opresión sobre el indefenso como "un favor" (por supuesto, ni solicitado ni razonable.. ¿o matamos a los niños de 5 años, o a los adultos, simplemente porque en el mundo hay dolor y sufrimiento?).Estas son las 5 argumentaciones que esclavistas y abortistas han compartido desde el principio, según el grupo pro-vida negro BlackGenocide.org. 




Otros humanos que no eran "personas"

Por su parte, la asociación SecularProlife.org, que reúne a los provida ateos y agnósticos de EEUU, recuerda en su web que la práctica de dictaminar que hay seres humanos que no son personas (como proponen los abortistas) tiene tristes antecedentes. Entre ellos, recuerdan:

-"Un INDIO no es una persona tal como lo entiende la Constitución" (American Law Review, 1881) -"El término persona no incluye en estas circunstancias a las MUJERES" (Debate sobre el voto femenino británico, 1909) - "A los ojos de la ley, un ESCLAVO no es una persona" (Tribunal Supremo de Virginia, 1858) - "El Reichsgericht mismo rechazó reconocer a los JUDÍOS como personas en el sentido legal" (Tribunal Supremo alemán, 1936). 
SecularProLife recomienda guiarse por la Convención de Naciones Unidas de Derechos del Niño: “Cada niño tiene inherente el derecho a vivir" (donde, dice SecularProlife, Naciones Unidas entendía niño como "todos los seres humanos menores de 18 años". Thoreau, lo constitucional y lo justo

El gran pensador Henry David Thoreau luchó en los años de la esclavitud norteamericana contra la trata y la caza de esclavos con palabras que hoy siguen siendo actuales: 


"Jueces y abogados y hombres con responsabilidad tratan este caso de un modo muy burdo e incompetente. No consideran si la Ley de Esclavos Fugitivos es justa, sino únicamente si es lo que ellos llaman constitucional. En cuestiones morales y vitales tan importantes como ésta, es igual de impertinente preguntar si una ley es constitucional o no, que preguntar si es o no beneficiosa. Siguen siendo los servidores de los peores hombres y no los servidores de la humanidad. La cuestión es, no si tú o tu abuelo, hace setenta años, llegasteis o no al acuerdo de servir al diablo, y si ese servicio en cuestión ha finalizado ahora; lo que importa es si vas a servir a Dios de una vez por todas -a pesar de tu propio pasado desleal o, el de tus antecesores- obedeciendo a esa eterna y justa constitución, que Él, y no Jefferson o Adams, ha escrito en tu corazón"


FUENTE: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=29441

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Joven atea, lectora del «nuevo ateísmo», hasta que leyó a Benedicto XVI y Santo Tomás de Aquino

Megan Hodder es inglesa, tiene 21 años y es una lectora voraz. Desde este Pentecostés, también es católica, recién bautizada. 

Hace dos o tres años nadie podría haberlo previsto, porque Megan no recibió absolutamente ninguna educación cristiana y de hecho leía con asiduidad y disfrute a los autores de divulgación del "nuevo ateísmo" grosero: Dawkins, Harris, Hitchens...

Pero todo cambió cuando decidió que para poder burlarse de la Iglesia Católica, gran símbolo de la irracionalidad, debía leer directamente a Benedicto XVI. Y ahí fue donde empezó una conversión marcada por la lógica, la razón y el pensamiento.

Crecer después del 11-S

"Fui educada sin religión alguna, y tenía 8 años cuando sucedió el atentado de las Torres Gemelas del 11 de septiembre, en 2001. La religión era irrelevante en mi vida personal, y durante mis años formativos la religión sólo aportaba un trasfondo de noticias sobre violencia y extremismo", señala en su testimonio en The Catholic Herald.

Megan es representativa de una generación joven que ha crecido leyendo a autores como Dawkins, Harris y Hitchens, que con estilo divulgativo aseguran que la religión es la causa de casi todos los males del mundo, que el terrorismo islámico es la prueba y que el cristianismo es casi lo mismo.

Pero aún de adolescente, Megan entendió que tenía que leer más allá de los polemistas del nuevo ateísmo. Decidió documentarse sobre "los más egregios enemigos de la razón, como los católicos", para refutarlos en su ignorancia.

Una fe compatible con la razón

Y lo primero que hizo fue leer el famoso discurso de Ratisbona de Benedicto XVI, que defendía la razón frente a la fe ciega. La forma en que la BBC en lenguas asiáticas difundió este discurso en países islámicos causó grandes manifestaciones anticristianas, con violencia y víctimas mortales. 

También leyó el libro más cortito que pudo encontrar de Benedicto XVI: "Sobre la conciencia"

"Esperaba y deseaba mostrar su irracionalidad y sus prejuicios, para vindicar mi ateísmo. Por el contrario, me presentó un Dios que era el Logos; no un dictador sobrenatural que aplasta la razón humana; sino el estándar de bondad y verdad objetiva, que se expresa a Si Mismo, hacia el que se orienta nuestra razón, en el que logar su plenitud; una entidad que no controla nuestra moral robóticamente, sino que es la fuente de nuestra percepción moral..." 

El caso es que lo que Megan encontraba no era lo que los autores del "nuevo ateísmo" le habían dicho. "Era una percepción de la fe más humana, sutil y, sí, creíble, de lo que esperaba. No me condujo a una epifanía espiritual dramática, pero me animó a buscar más en el catolicismo, a re-examinar con un ojo más crítico algunos de los problemas que tenía con el ateísmo".

Los problemas de la moral sin Dios

Para empezar, la moralidad. Megan entendía que una moralidad sin Dios tiene dos tendencias problemáticas: o es tan subjetiva que es absurda, o intenta seguir una supuesta lógica estricta que lleva a resultados tan deshumanizadores que repugnan al instinto.

Las teorías éticas que mejor superan estos problemas, entendió, eran teístas, y después de leer a Benedicto XVI el teísmo no parecía tan absurdo.

Dawkins no entiende a Tomás de Aquino

Otro problema con el "nuevo ateísmo" es la metafísica. "Pronto vi que haber confiado en los nuevos ateos para tener argumentos contra la existencia de Dios fue un error, porque Dawkins, por ejemplo, hace un tratamiento desdeñoso de Santo Tomás de Aquino en El Espejismo de Dios, Dawkins sólo aborda un resumen de las Cinco Vías y sin entender lo que aportan. Me volqué en las ideas tomistas y aristotélicas, y vi que eran una explicación válida del mundo natural, una explicación que los filósofos ateos no habían sabido atacar de forma coherente", escribne Megan.

Megan buscó incoherencias e inconsistencias en la fe católica, pero tuvo que admitir que una vez se acepta su estructura y conceptos básicos, todo encaja "con terrorífica velocidad". 

El gran obstáculo: la moral sexual

Por ejemplo, la exigente moral sexual católica tenía todo el sentido cuando la abordaba según los textos de la "teología del cuerpo" de Juan Pablo II. La idea básica la daba George Weigel en "Cartas a un joven católico", cuando dice: "las cosas importan". En el catolicismo el sexo importa, el cuerpo importa, la vida y la fertilidad importan, lo que se hace es importante, tiene consecuencias y expresa algo. 

"La ética sexual católica no es una lista de prohibiciones, como dice la caricatura",escribiría Megan en su blog. "Es el reconocimiento de que hay una armonía entre Dios y la humanidad incrustada en el mundo material, que se manifiesta de forma asombrosa y aguda en la complementariedad entre el hombre y la mujer y su llamado a ser una sola carne". 

Megan, que creció en una Inglaterra de absoluta libertad sexual, señala "el hecho de quelos fallos contraceptivos juegan un papel en casi dos tercios de los abortos en el Reino Unido, y las enfermedades de transmisión sexual tienen niveles altos, históricos", para indicar el fracaso del "sexo-sin-consecuencias". 

También desde el feminismo, constata que la cultura pansexualista ha convertido a la mujer en un mero objeto, no un igual, y que desconoce la realidad de la fertilidad femenina y sus ritmos naturales. 

La "teología del cuerpo" y la ética sexual católica ofrecen así "un modelo de relaciones humanas que es seguro, sostenible y comprometido, sobre bases sólidas, ordenado hacia la unidad y la vida. El ideal católico de las relaciones humanas es un reto exigente, pero es un reto hacia la excelencia, para ser fieles a nuestras recesidades reales y las de nuestros compañeros". 

Es la voluntad, no sólo el intelecto

Megan se dio cuenta de que los libros le llevaban a la fe, pero que "la fe no es un ejercicio intelectual, un asentir a ciertar proposiciones, sino un acto radical de la voluntad, que engendra todo un cambio en la persona". Comtempló como eran los católicos que conocía, le gustó y dio el paso.

En el fin de semana de Pentecostés de 2013, Megan se bautizó y entró así en la Iglesia Católica. 

Hoy señala que "por cada ateo considerado y documentado, hay otro sin ninguna experiencia personal en nad areligioso, ni interés en el debate, que simplemente se deja llevar por la corriente cultural. Espero ser un ejemplo, aunque sea pequeño, de la atracción del catolicismo en una era que a veces parece opuesta a él de forma intratable".

FUENTE: http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=29345




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El juicio Gosnell está cambiando la opinión sobre el aborto de los periodistas que lo cubren

Mike Huckabee entrevistó para Fox News a un reportero con experiencia de 26 años en tribunales, y confiesa que es "lo peor" que ha vivido. 

Al principio apenas ningún medio relevante cubría el caso, y los asientos destinados a la prensa (a pesar de tratarse de uno de los mayores asesinos de la historia de los Estados Unidos) estaban vacíos, como muestran las imágenes del vídeo que enlazamos abajo.

Pero uno de los que sí han estado desde el principio es un periodista local, J.D. Mullane, reportero del Bucks County Courier Times. El ex aspirante a la nominación republicana Mike Huckabee le entrevistó para la Fox News -que sí está respondiendo a ese elemental deber de ética profesional-, y sirvió para percibir hasta qué punto escuchar lo que sucedía en ese abortorio de Filadelfia está cambiando la mentalidad sobre el aborto de muchos de los asistentes.

"No puedes escuchar sin cambiar"

El caso del doctor Gosnell ha hecho caer la cortina sobre la violencia inherente al aborto. No te puedes sentar semana tras semana, día tras día, ante ese tribunal y escuchar lo que hace el aborto a los no nacidos, a los niños y a las mujeres (Gosnell también está encausado por la muerte de una de ellas), escuchar todos esos testimonios, y no cambiar, no cambiar tu corazón, o al menos no reconsiderar seriamente tu postura", confiesa Mullane.

"Llevo 26 años en este trabajo [cubriendo tribunales y sucesos] y esto es lo peor, y a muchos niveles", añade: "No sólo por lo que el doctor Gosnell hacía, sino por laindiferencia de las autoridades sanitarias, que durante diecisiete años jamás inspeccionaron ninguna de las 22 clínicas del estado donde se practican abortos".

"Se trató de una decisión política", explica el periodista, y pone nombre y apellidos a quien la tomó "deliberadamente para facilitar a las mujeres el aborto en Pennsylvania":Tom Ridge, gobernador del estado en 1995, republicano proabortista.

Mullane no es el único que ha cambiado con este juicio: "Junto a mí se sienta un periodista que escribe para otro periódico local. Me dijo que él es muy progresista, muy partidario del aborto, pero que tras escuchar los testimonios del juicio Gosnell, está reconsiderándolo. Ha cambiado de opinión".

¿Por qué? Mullane da con la clave: "Ésta es la fuerza del juicio Gosnell. Durante cuarenta años [referencia a la sentencia Roe vs Wade que legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973], el aborto en este país se ha marginado en la opinión pública. Pero esto es un tribunal, y los testimonios que se prestan bajo juramento y las pruebas que se presentan son reales. Es un caso fundamental. El testimonio de un solo testigo tiene mucho más peso que todos los editoriales a favor del aborto que han aparecido en The New York Times".

Al principio apenas ningún medio relevante cubría el caso, y los asientos destinados a la prensa (a pesar de tratarse de uno de los mayores asesinos de la historia de los Estados Unidos) estaban vacíos, como muestran las imágenes del vídeo que enlazamos abajo.

Pero uno de los que sí han estado desde el principio es un periodista local, J.D. Mullane, reportero del Bucks County Courier Times. El ex aspirante a la nominación republicana Mike Huckabee le entrevistó para la Fox News -que sí está respondiendo a ese elemental deber de ética profesional-, y sirvió para percibir hasta qué punto escuchar lo que sucedía en ese abortorio de Filadelfia está cambiando la mentalidad sobre el aborto de muchos de los asistentes.


"No puedes escuchar sin cambiar"


"El caso del doctor Gosnell ha hecho caer la cortina sobre la violencia inherente al aborto. No te puedes sentar semana tras semana, día tras día, ante ese tribunal y escuchar lo que hace el aborto a los no nacidos, a los niños y a las mujeres (Gosnell también está encausado por la muerte de una de ellas), escuchar todos esos testimonios, y no cambiar, no cambiar tu corazón, o al menos no reconsiderar seriamente tu postura", confiesa Mullane.


"Llevo 26 años en este trabajo [cubriendo tribunales y sucesos] y esto es lo peor, y a muchos niveles", añade: "No sólo por lo que el doctor Gosnell hacía, sino por laindiferencia de las autoridades sanitarias, que durante diecisiete años jamás inspeccionaron ninguna de las 22 clínicas del estado donde se practican abortos".


"Se trató de una decisión política", explica el periodista, y pone nombre y apellidos a quien la tomó "deliberadamente para facilitar a las mujeres el aborto en Pennsylvania":Tom Ridge, gobernador del estado en 1995, republicano proabortista.


Mullane no es el único que ha cambiado con este juicio: "Junto a mí se sienta un periodista que escribe para otro periódico local. Me dijo que él es muy progresista, muy partidario del aborto, pero que tras escuchar los testimonios del juicio Gosnell, está reconsiderándolo. Ha cambiado de opinión".


¿Por qué? Mullane da con la clave: "Ésta es la fuerza del juicio Gosnell. Durante cuarenta años [referencia a la sentencia Roe vs Wade que legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973], el aborto en este país se ha marginado en la opinión pública. Pero esto es un tribunal, y los testimonios que se prestan bajo juramento y las pruebas que se presentan son reales. Es un caso fundamental. El testimonio de un solo testigo tiene mucho más peso que todos los editoriales a favor del aborto que han aparecido en The New York Times".

Pero uno de los que sí han estado desde el principio es un periodista local, J.D. Mullane, reportero del Bucks County Courier Times. El ex aspirante a la nominación republicana Mike Huckabee le entrevistó para la Fox News -que sí está respondiendo a ese elemental deber de ética profesional-, y sirvió para percibir hasta qué punto escuchar lo que sucedía en ese abortorio de Filadelfia está cambiando la mentalidad sobre el aborto de muchos de los asistentes.

"No puedes escuchar sin cambiar"


"El caso del doctor Gosnell ha hecho caer la cortina sobre la violencia inherente al aborto. No te puedes sentar semana tras semana, día tras día, ante ese tribunal y escuchar lo que hace el aborto a los no nacidos, a los niños y a las mujeres (Gosnell también está encausado por la muerte de una de ellas), escuchar todos esos testimonios, y no cambiar, no cambiar tu corazón, o al menos no reconsiderar seriamente tu postura", confiesa Mullane.


"Llevo 26 años en este trabajo [cubriendo tribunales y sucesos] y esto es lo peor, y a muchos niveles", añade: "No sólo por lo que el doctor Gosnell hacía, sino por laindiferencia de las autoridades sanitarias, que durante diecisiete años jamás inspeccionaron ninguna de las 22 clínicas del estado donde se practican abortos".


"Se trató de una decisión política", explica el periodista, y pone nombre y apellidos a quien la tomó "deliberadamente para facilitar a las mujeres el aborto en Pennsylvania":Tom Ridge, gobernador del estado en 1995, republicano proabortista.


Mullane no es el único que ha cambiado con este juicio: "Junto a mí se sienta un periodista que escribe para otro periódico local. Me dijo que él es muy progresista, muy partidario del aborto, pero que tras escuchar los testimonios del juicio Gosnell, está reconsiderándolo. Ha cambiado de opinión".


¿Por qué? Mullane da con la clave: "Ésta es la fuerza del juicio Gosnell. Durante cuarenta años [referencia a la sentencia Roe vs Wade que legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973], el aborto en este país se ha marginado en la opinión pública. Pero esto es un tribunal, y los testimonios que se prestan bajo juramento y las pruebas que se presentan son reales. Es un caso fundamental. El testimonio de un solo testigo tiene mucho más peso que todos los editoriales a favor del aborto que han aparecido en The New York Times".


Para ver la entrevista visita http://www.lifenews.com/2013/05/08/reporter-covering-gosnell-murder-trial-changes-his-mind-on-abortion/



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Padre de niña con espina bífida responde a "El País" sobre aborto: Nadie tiene derecho a decidir sobre la vida.

El abogado español Javier María Pérez-Roldán, padre de una niña de siete años que padece de espina bífida, malformación congénita en la columna vertebral, aseguró que “ninguna sociedad tiene derecho a decir sobre si la vida de otro es digna o no, o a determinar si una enfermedad causa o no sufrimiento sin preguntar al afectado”.

En una carta abierta publicada en La Gaceta, en respuesta al neurocirujano Javier Esparza, que escribió una columna en el diario español El País defendiendo el aborto en casos de malformación fetal, Pérez-Roldán le increpó que “mi hija enferma tiene la misma dignidad que usted y el mismo derecho a vivir que tuvo usted”.

“Mi hija necesita para vivir de la ayuda de otros en el mismo grado en que yo la necesito, aun estando sano. Si los hombres vivimos en sociedad es porque nos es necesario el concurso de otros para nuestra supervivencia”, señaló.

El letrado señaló que “en occidente tenemos la suerte de que prosperó la razón benéfica del ágora de Atenas sobre el terror eugenésico del Taigeto espartano ¿usted qué es, ateniense o espartano?”.

En su columna publicada el 24 de julio, el neurocirujano Esparza escribió que “no creo que ninguna sociedad tenga el derecho, y menos pudiendo evitarlo, de cargar a ningún ser humano con sufrimientos más allá de lo imaginable”, en referencia a las personas que nacen con malformaciones congénitas del sistema nervioso.

A esto, Pérez-Roldán señaló que el médico “funda su tesis en un argumento falso como es el sufrimiento de los niños con determinadas dolencias, y de sus familias”.

La pequeña hija del abogado tiene parálisis en las dos piernas y, según los especialistas consultados por su familia, su lesión es bastante severa. La niña también ha pasado por cinco operaciones en su corta vida.


Sin embargo, precisó el abogado español, “mi hija no sufre ni más ni menos que una niña de su edad. Juega, ríe, quiere, ama y siente exactamente igual que sus dos hermanos sanos. Y, a veces, también llora, pero sus lágrimas no tienen ningún poso de amargura ni dolor por encima de las de sus amigas o de las de sus hermanos, pues como ellos, llora por nimiedades”.


Como abogado de familia he conocido niños con depresión crónica por culpa de la separación tormentosa de sus padres, que arrastran una existencia triste y sufriente. Como sufren más que mi hija y sus hermanos, ¿los eliminaría?”, cuestionó al galeno.

Pérez-Roldán le señaló al neurocirujano que, “en cuanto a la familia, fíjese si el sufrimiento no es tan extremo como usted dice que después de su nacimiento hemos tenido otros dos hijos, señal de que el cuidado de nuestra hija no nos ha supuesto trauma ninguno”.

“Estas anomalías, por sí, no causan el sufrimiento que usted pretende. De hecho, si bien el dolor ante cualquier enfermedad o revés de la vida es inevitable, el sufrimiento es totalmente voluntario, pues es éste una percepción personal y subjetiva de la propia realidad”.

El letrado remarcó que “hay quien ante cualquier mínimo problema ante la vida sufre, y sufre sin mesura, y hay quien ante obstáculos insalvables y dolores sin medida se crece, pues admite su dolor con entereza”.


“Por eso me causa sonrojo su carta, llena de adulteraciones de la realidad vivida por cientos de enfermos y sus familias. Pero mayor sonrojo me causa su supuesto humanismo. Dice usted que nadie tiene derecho a obligar al sufrimiento ¿y en qué principio ético funda usted tan categórica aseveración? ¿y porqué presupone usted el sufrimiento de estos pacientes?”.


El abogado criticó el parecido de la propuesta del cirujano con el plan de exterminio de enfermos del régimen nazi. “El plan se fundaba en que había vidas que no eran dignas de ser vividas, y cuyo asesinato era tanto un acto de compasión como un beneficio para la comunidad”, señaló.


Pérez-Roldán le dijo al cirujano que “usted alega ambas cosas (igual que los nazis) pues sostiene que ‘el colmo’ es que los esfuerzos realizados para el tratamiento de estos niños es un desperdicio, pues acaban muriendo a los 20 años, y encima arrastrando un sufrimiento sin medida. ¡Qué argumento tan falaz!”.


“Usted sabe que miente, pues al día de hoy, la esperanza de vida de estos pacientes es prácticamente la misma que para personas sanas. Pero es que, además, aunque fuera verdad el fallecimiento a los 20 años ¿me va a decir usted que no merecen vivir estos 20 años?”, dijo.

El jurista le dijo al neurocirujano que “lo que nos hace sufrir a los afectados por esta enfermedad son los profesionales médicos como usted”.

“Cuando a los tres meses del embarazo nos anunciaron la enfermedad de nuestra hija, nos recomendaron insistentemente el aborto, y ello hasta hacernos sentir culpables si traíamos al mundo a un niña solo para que sufriera”, recordó.

Sin embargo, para el abogado y su esposa la mejor decisión fue continuar con el embarazo, “pues pasado el tiempo intimamos con dos matrimonios que abortaron a sus hijos por tener espina bífida ¡no sabe usted el terrible padecimiento moral de estas dos parejas al ver que si no hubiera cometido tan criminal acto podrían tener con ellos a sus hijos, que de seguro serían tan alegres y joviales como la nuestra!”.



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«Sí, es un niño y sí, vamos a matarlo»: Los aborteros estrenan franqueza ante las madres que dudan.

Ante la imposibilidad de negar la evidencia, médicos y enfermeras ya no ocultan la realidad...
Más bien enseñan a convivir con ella.

Antes se trataba de engañar a las mujeres a quienes remordía la conciencia por lo que iban a hacer. Si preguntaban "¿Abortar es matar a mi hijo?" la respuesta debía ser 

"No".Carol Everett, antigua propietaria de dos abortorios y administradora de otros cuatro, lo explica así: "Respondíamos que es un producto de la concepción, o un coágulo de sangre, o un trozo de tejido. Aunque viésemos todos los días bebés de seis semanas con las piernas, los brazos o los ojos enteros. ¿Cuántas mujeres abortarían si supiesen la verdad?".

Linda Couri,  antigua trabajadora en un abortorio de Planned Parenthood, confirma esto: "Matar niño son palabras muy fuertes. Estás terminando con el producto de la concepción", decía a sus clientas. Cuando tuvo dudas sobre si su respuesta había sido correcta y le preguntó a su supervisora, ésta no le negó que se tratase de un "niño", pero en el caso de la adolescente de quien se trataba, el aborto era un "mal necesario". Linda no pudo aguantar mucho mintiendo, dejó la clínica y es hoy militante provida.

No se puede engañar a todos todo el tiempo
Pero los aborteros saben que la batalla del engaño la tienen perdida, y están cambiando de táctica. 
Peg Johnston, trabajadora en un abortorio de Nueva York, explicó en un artículo cómo comprendió que, entrando en esa discusión, se estaba dejando llevar al terreno de los provida. "Durante un tiempo corregía a mis clientas cuando usaban palabras como ´matar a mi hijo´ o ´asesinar a mi hijo´. Pero ahora nuestra reacción es más del tipo: si te parece que es como matar a tu hijo, ¿cómo vas a afrontarlo?". Ya no se trata pues de negar la evidencia, sino de instruir a las madres en cómo convivir con la certeza de lo que han hecho.
Médico embarazada de 18 semanas mata a niño de 18 semanas

Lo confirma en su blog, Abortion Witness [Testigo del aborto], la trabajadora de un abortorio, en un post titulado "Hablando de bebés: diciendo las cosas que no podemos decir". 

"¿Por qué te sientes culpable?", le preguntó a una madre la primera vez que se enfrentó a esa cuestión. "Me siento culpable porque voy a matar a mi hijo", le respondió. "La primera vez que una paciente de aborto me dijo esto, no estaba en absoluto preparada para ello. Aunque era activista proaborto desde hace tiempo, y médico que había estudiado la teoría feminista, y yo misma antigua paciente de aborto, nada en mi experiencia me había preparado para hablar con una mujer sobre matar niños. ´Oh, no´, le dije tan amablemente como pude, ´no es un niño, sólo tejido´".

Pero el engaño no es tan fácil: "Todos sabemos que en cada aborto muere un niño no nacido.La mayoría de los trabajadores del aborto aceptamos nuestra responsabilidad por nuestro papel en esas muertes. Por diversas razones, hemos decidido que participar en esas muertes es algo importante y ético".

Y recuerda el caso de una compañera suya que, embarazada de 18 semanas, estaba practicando un aborto a una mujer también embarazada de 18 semanas, y extrayendo de ella la pierna de su hijo al tiempo que sentía en la barriga una patada del suyo. ¿Cómo decirle que no estaban hablando de niños?

"La respuesta corta -increíblemente simple y a la vez muy complicada- es que el niño no nacido que se mueve en el seno de la madre médico lo lleva alguien que ha decidido completar su embarazo y dar a luz un niño vivo, mientras que el otro niño no nacido lo lleva alguien que, por razones que pueden comprenderse o no, ha decidido que no puede completar su embarazo. En otras palabras, la vida o la muerte del niño no nacido está determinada por la decisión de la madre de compartir o no compartir su cuerpo con otro ser", explica.

No ocultar la realidad, sino afrontarla

"Por tanto", concluye, "no debemos negar que el aborto mata a un niño no nacido. Cuando surja el tema, hay que decir como la directora de la clínica donde yo trabajo explicó una vez en la radio y decir: sí, es un niño, y sí, vamos a matarlo. Las mujeres lo saben, y sin embargo abortan. Justo por eso el aborto es algo complicado, como muchos de los desafíos de la vida. Pero debemos recordar que complicado no siempre significaequivocado".

Se trata, pues, de llevar la conversación a otro plano y decirle a la madre: "Hablemos de cómo vas a lidiar con saber que has matado a tu hijo. ¿Qué crees que nos pasa cuando morimos?", les dice. "A partir de ese momento, podíamos mantener una conversación honesta sobre cómo entendía ella la decisión de abortar en el contexto de sus circunstancias vitales, de sus creeencias, de su ética".

La realidad ya es innegable

"Esta franqueza", afirma LifeNews, página especializada en la lucha contra el aborto, "es cada vez más frecuente", y "está documentado que tanto los activistas proaborto como los aborteros admiten que el aborto es un asesinato. Al menos ya rechazan los eufemismos, y queda claro dónde se sitúa el debate del aborto".
  

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