Fundamentalismo Islámico

La misma bestia con distintos nombres

Un martes de hace varias semanas ocurrieron dos eventos relacionados y típicos del terrorismo árabe en Oriente Medio. En horas de la mañana el grupo terrorista Hamas que controla el área de Gaza poblado por palestinos árabes, violaba la novena tregua o cese de fuego con Israel, quien tardó poco tiempo en responder con fuertes ataques aéreos, tomando la vida del comandante militar de esta organización. Desafortunadamente, a menudo cuando se ataca un objetivo militar, las familias de los militantes también corren riesgo.

 

Casi simultáneamente, esa misma mañana otro grupo terrorista del momento, el Estado Islámico difundió un vídeo en que yihadistas decapitaban a un periodista norteamericano de nombre James Foley que habían capturado. Ya el Estado Islámico tenía como costumbre en los últimos meses decapitar a niños cristianos que no habían sido convertidos al lslam, particularmente en el norte de Irak, además de haber asesinado a muchos millares de hombres e infantes y capturado a sus mujeres como esclavas. A algunos de ellos los crucifican. 


Posteriormente, el Estado Islámico juró ahogar al pueblo norteamericano con su propia sangre. Hamas tiene en su constitución librar al mundo de cada judío y eliminar totalmente la existencia de Israel, aliado principal de Estados Unidos en el mundo. 


La diferencia principal entre estos dos escenarios es que Israel si tiene un poderoso ejército para proteger a su ciudadanía, mientras que en el norte de Irak las víctimas cristianas y yazidíes no tienen cómo defenderse. Debido a ello, el ejército de Estados Unidos por razones humanitarias ataca al Estado Islámico con sus bombardeos aéreos, para poder rescatar de la tortura y muerte segura a estos seres humanos. 


El grupo llamado Hermanos Musulmanes es la entidad matriz de Hamas en Gaza, de Estado Islámico en Siria e Irak, de Hezbolá en el Líbano, de Al Qaeda en Afganistán y utiliza un sinnúmero de diferentes nombres a través del mundo entero. Cuando Al Qaeda estrelló dos aviones un 11 de septiembre en Nueva York contra el World Trade Center, miles de residentes de Oriente Medio, desde palestinos en Gaza y la Margen Occidental en Israel, hasta Kabul y Beirut, bailaban de alegría en las calles y repartían dulces celebratorios. 


Esta bestia con diferentes nombres odia y tiene como norte eliminar toda cultura civilizada, occidental, democrática que vela por los derechos humanos y da igualdad a todo ser humano con valores judeocristianos. Esto comienza con Estados Unidos, al que denominan como “el gran Satanás” y continúa con su aliado israelí, única democracia en Oriente Medio, a quien denominan “el pequeño Satanás”.


Volviendo a la Franja de Gaza y la estrategia mediática de Hamas conocida como la del bebé muerto, este grupo terrorista comete un doble crimen de guerra al lanzar cohetes hacia ciudades y poblaciones civiles israelíes desde áreas densamente pobladas por palestinos. Esto causa que Israel, al responder a esos cohetes, pueda herir a civiles palestinos a los que Hamas intencionalmente obliga a ponerse en peligro, para después mostrarle a los medios mundiales imágenes, algunas alteradas y algunas falsas, de algún bebé muerto. 


Aun así, Israel, posiblemente el ejército más humanitario del planeta, calcula que no más del 50% de los muertos en territorio palestino son civiles, y mayormente por causa de Hamas, que lejos de proteger, intencionalmente expone a la ciudadanía. 


Aunque las Naciones Unidas ponen el numero en el 70%, la mayor parte de los muertos reportados (aun por Hamas) son hombres dentro del rango de edad (de 15 a 40 años) que es probable fueran combatientes. Casi ninguna víctima es mayor de 60, ni menor de 15, ni hay mujeres. Toda vez que las edades y los géneros de los fallecidos reportados (por la propia Hamas) no son representativos de la población general en Gaza y al ser, por el contrario, más representativos del género y las edades de los combatientes, se sugiere fuertemente que un porcentaje muy alto de los palestinos fallecidos eran combatientes. 


Esto daría una proporción de 1:1 entre muertes civiles y combatientes. Como punto de comparación, el ejército de Estados Unidos tiene unos parámetros de veinticinco a uno, de civiles que es permisible sacrificar para justificar eliminar un solo terrorista. De los rusos o de los otros países árabes, ni hablar de proporcionalidad alguna. 


Hasta que el ejército de Israel no termine con el terrorismo de Hamas que amenaza a su ciudadanía y a los propios palestinos, no habrá tranquilidad en el área del Levante. Una vez eliminado ese cáncer, la Autoridad Palestina e Israel deben retomar las conversaciones para crear una solución de dos estados con paz duradera, como Israel ha logrado con sus otros vecinos: Egipto en el 1979 y Jordania en el 1994.


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