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MATÓ A SUS PADRES POR LA HERENCIA... LA INSISTENCIA DE UN CURA Y EL PERDÓN DE SUS HERMANAS LO CAMBIÓ. 

Durante años alimentó sólo su narcisismo: dinero, ropa de marca, perfumes, coches lujosos, fiestas, en el fondo un mal banal. Después la tentación al límite de la locura: asesinar a los padres para cobrar la herencia. Lo intentó primero con las bombonas de gas que tenían que explotar y asesinar también a las dos hermanas. Después intentó manipular el coche del padre. Pensó en usar veneno para ratones y un utensilio de cocina para aplastar carne como arma.
Al final, el 17 de abril de 1991, él con el rostro descubierto con tres amigos con máscaras de carnaval y pelucas, esperó a los padres Antonio y Rosa, les golpeó con un tubo de hierro, hasta asesinarlos. Una ferocidad inexplicable. 

Hipertrofia narcisista

Según el psiquiatra Vittorino Andreoli que hizo la evaluación se trata de "hipertrofia narcisista" que percibe al "padre y la madre sólo como una hucha de la que sacar dinero cuando lo necesita, y romperla si la necesidad lo pedía". 

Los asesina con 19 años
En el libro "El mal era yo" escrito por Raffaella Regoli, editado por Mondadori, Pietro Maso cuenta: "han escrito de mí, de nosotros, que hemos asesinado para hacer la buena vida. Nosotros queríamos entrar en la vida. Y sin embargo, manchándome del más terrible de los crímenes, con diecinueve años entré en la tumba junto con mi madre y mi padre".
Matar es un vértigo destructivo
Pero ¿cómo se hace para matar a los propios padres?, y Maso dice "dar la vida y dar la muerte puede hacerte sentir eterno. Pero no hay placer. Yo no lo he sentido. Matar es privación. Ausencia. Una vértigo destructivo. Es como lanzarse de un edificio sabiendo que no puedes volar". El 19 de abril de 1991, con 19 años, Maso fue a la cárcel Campone de Verona, fue condenado a 30 años de cárcel.
22 años en la cárcel
Tendría que haber estado en la cárcel hasta 2021, pero gracias a los tres años de indulto y a los 5 años de buena conducta (45 días por cada seis meses) le han permitido estar libre desde el 15 de abril pasado.
Veintidós años de cárcel primero en Verona y después e Milán, entre miedo, angustia, sentido de culpa, soledad. Un crimen enorme que aplasta la mente y el corazón.
La cárcel y el hedor
Maso cuenta la cárcel: "Hay pasillos largos y oscuros. Las paredes manchadas de orina y sangre, de comida y escupitajos. [...] Hay puertas de madera gruesas, oscuras, con bisagras de hierro. Cuando se abren la voz ronca, ensordecedora, vulgar, parece un grito vomitado del vientre de un monstruo. Pero lo que no conseguiré borrar nunca es el olor: la peste que se te pega. Te mancha dentro. Es hedor de la carne humana, gangrena abierta."
La radio de Telepace... una esperanza
Entre la desesperación, el peso de la culpa y el miedo de sufrir violencias de los otros detenidos, Maso comienza a escuchar en la radio a don Guido Todeschini, director de Telepace, que hablando de él ha dicho: "¿Qué hacemos, lo abandonamos, lo enterramos vivo como se merecería o le tendemos la mano e intentamos recuperarle, teniendo en cuenta su juventud? Cierto, en este momento es más fácil ser jueces que moverse al perdón. Pero si nosotros lo dejamos allí en la cárcel, olvidándolo, cometemos el mismo delito".
Don Todeschini no se limita a hablarle. Le busca, le escribe cartas y pide verle. Cuenta Maso: "yo, sepultado vivo. Odiado. Renegado. Olvidado. Yo que cuando llegaba el día de las visitas me quedaba en la celda en completa soledad, ahora tenía a alguien que se interesaba por mí. Acepté".
Una nueva vida de la mano de Don Guido
El encuentro es el comienzo de una nueva vida. El perdón de Dios que llega a través de un sacerdote. Continúa Maso: "Lo recuerdo como si fuera ayer. Eran las diez de la mañana. Cuanto he esperado ese día. Finalmente llegó. [...] Después de casi dieciséis meses alguien vino por mí [...] Don Guido estaba en pie. De espaldas a la mesa. La puerta se cerró. Finalmente. Delante de mí había un hombre en torno a los cincuenta, de un metro setenta, complexión normal. Llevaba una sotana negra con el alzacuellos blanco. Cuando hice ademán de acercarme a él, en vez de alejarse como estaba acostumbrado a ver, se acercó a mí. Me abrazó. No había sucedido nunca".
Don Guido no falla en sus visitas semanales
Desde ese momento don Guido fue cada sábado a la cárcel. Dice a Maso "¿Sabes Pietro cuántos kilómetros he hecho para traerte todos los sábados el cuerpo de Cristo? Si sumamos los kilómetros que he hecho de Veron a Milán en todos estos años,equivaldrían a más de tres vueltas al mundo".
Encuentro con sus hermanas... sin reproches
Confiesa Maso que don Guido "A veces era paterno. Otras veces, áspero. No sabía nunca qué esperar. Pero estaba siempre. Nunca se ha saltado un sábado. Su fe, su tenacidad, me han dado un fuerza increíble. Si él hacía esto por mí, tenía que convertirme en digno de su sacrificio". Don Guido va más allá y lleva a las dos hermanas, Nadia y Laura a encontrarse con Pietro.
Ha escrito Maso: "Nos separan pocos pasos. Pero mis pies están clavados en el suelo. Como mis ojos. Don Guido entiende y me hace un gesto con la cabeza. Yo no me muevo.Nadia y Laura se acercan a mí. Me abrazan. Ahora estamos abrazados. Somos tres en uno. Me habría esperado de todo: miradas de reproche, rabia, bofetadas. Y todo habría sido. Pero no estaba preparado a esta muestra de amor. Sin saberlo Laura y Nadia pusieron una piedra muy importante en mi camino. Esta muestra disuelve todo: el dolor, el miedo, el odio: la muerte".
"Te queremos, eres nuestro hermano"
"Pietro, te queremos mucho, eres nuestro hermano" dicen Laura y Nadia a Pedro: "Tengo los ojos cerrados. Dios me está haciendo el regalo más grande de mi vida. No puedo creerlo, está sucediendo realmente, a mí. No me lo merezco. Su perdón me ha liberado de mí mismo. Como si alguien hubiese entrado dentro de mí y me hubiese derribado"
En el día de Pascua del 2008, don Guido transmite en Telepace la entrevista a Laura y Nadia.
Un perdón a su hermano
En su blog, Luigi Accattoli, ha transcrito las palabras de Laura.
«Soy la hermana de Pietro Maso que hace 17 años mató a nuestros padres. Nosotras, hermanas, junto a la pérdida de nuestros padres hemos perdido también un hermano y por tanto nos encontramos comenzando un recorrido nuevo y difícil, con un sufrimiento dentro que era bastante fuerte, porque no es fácil perdonar algo tan grave. Damos gracias a don Guido por su ayuda: ha sido él el primero que ha ido a ver a Pietro a la cárcel y a seguirlo en estos años. Así también nosotras poco a poco hemos reconstruido una buena relación con el hermano que habíamos perdido, como habíamos perdido toda la familia.
»Podíamos abandonar también a ese hermano, hubiera sido fácil. Sin embargo perdonar es algo más profundo y difícil pero que nos ha dado también la alegría dentro por los pequeños pasos que veíamos dar a nuestro hermano, su camino, su conversión. Lo hemos perdonado en escucha de las palabras de Jesús "amaos los unos a los otros´.
»Es fácil amar cuando se quiere a alguien, pero es difícil escuchar decir "ha matado a los padres" y son palabras muy fuertes para nosotras, pero sabemos que tenemos que hacer también nuestras esas palabras de Jesús que dice "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen". Nosotros hemos perdonado con la ayuda de Dios y así es que este hermano que estaba muerto está como resucitado y es él, a veces, que nos consuela con su camino. Hoy, que es el día de Pascua, nos parecía muy bonito poder decir: "Estábamos muertos y hemos resucitado". A veces vamos a las tumbas de nuestros padres y les sentimos en el paraíso y que están cerca de nosotros y que aprueban el camino que sus hijos están tomando.
»Perdonar no quiere decir pasar página y hacer como si no hubiera pasado nada. Quiere decir verlo todo, también el delito, a la luz de la fe. No es que uno se olvida. El perdón es algo profundo y uno debe sentirlo dentro para poder vivir bien. Odiando no sé como se podría vivir.
»Muchas veces hemos ido a visitarlo a la cárcel, cada dos o tres meses más o menos. No nos lo había pedido, era don Guido el que nos lo pedía y al principio nosotras éramos contrarias porque temíamos que él se aprovechase de nosotras. Y poco a poco, encontrándonos con él y redescubriéndonos hermanos y nos decíamos que quizá muchos hermanos que vivían juntos no tenían ese sentimiento. Así ha terminado nuestro miedo a que se aprovechara y hoy estamos seguros que ha cumplido su camino sin el cual se habría perdido y nos habríamos perdido también nosotras en el fondo.
»Nuestros maridos nos han apoyado en esta elección. Nuestros niños poco a poco han comenzado a entender y saben y lo llaman tío y viven bien su relación con él. La alegría que sentimos en el corazón por haber reencontrado un hermano quizá nos ha ayudado a dar esta enseñanza.
»El obispo Flavio Carraro que había sido informado por don Guido más de una vez nos ha dicho "estad cerca de él, perdonadlo, rezad por él". Es lo que nosotras hemos tratado de hacer».
El mal había transformado a Pietro en un monstruo, pero el perdón de Dios, de sus hermanas, de don Guido, han hecho el milagro, han devuelto a la vida a un joven que estaba muerto y herido.

Fuente:
Este contenido ha sido publicado originalmente por RELIGION EN LIBERTAD en la siguiente dirección (viernes 31 de 2013): http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=29463


"SÓLO LA IGLESIA CATÓLICA ES CAPAZ DE INTERPRETAR LA BIBLIA" DICE EL PAPA

"EL CONSEJO HA RECORDADO CON GRAN CLARIDAD: TODO LO QUE SE RELACIONA CON LA FORMA DE INTERPRETAR LAS ESCRITURAS QUE QUEDA SOMETIDO AL JUICIO DE LA IGLESIA, QUE LLEVA A CABO SU COMISIÓN Y EL MINISTERIO DIVINO DE CONSERVAR E INTERPRETAR LA PALABRA DE DIOS", DICE FRANCISCO.

Durante su intervención en el Comité de la Biblia -desde el Vaticano-, que tuvo lugar el pasado viernes (12), el Papa Francisco, rechazó la interpretación subjetiva de la Biblia y dijo que sólo la Iglesia está autorizada para interpretar las Escrituras correctamente.“El Consejo ha recordado con gran claridad: todo lo que se relaciona con la forma de interpretar las Escrituras que queda sometido al juicio de la Iglesia, que lleva a cabo su comisión y el ministerio divino de conservar e interpretar la palabra de Dios”, dice Francisco.
La posición del Papa evoca la “interpretación medieval”, que muchos papas aplicaron a las Escrituras como lo hizo en una ocasión Inocencio III quien escribió al patriarca griego de Constantinopla en estos términos: «Cristo ha dado el gobierno de todo el mundo a los papas» y, como evidencia conclusiva, añadió: «Pedro en cierta ocasión anduvo sobre las aguas las cuales representaban a las naciones y por lo tanto de ahí se colige que sus sucesores tenemos derecho a gobernar todo el mundo, lo cual incluye las sedes de los patriarcas griegos».La “interpretación o exégesis medieval”, fue refutada por primera vez por el gran reformador protestante Martín Lutero quien dijo: “La Escritura es su propio intérprete, y no necesita de una autoridad superior a ella”.Esta es una de las pocas veces que el Papa cita el Concilio Vaticano II (1962 – 1965) y la Constitución del “Dei Verbum” para hablar sobre el papel de la Iglesia.“La Sagrada Tradición transmite la Palabra de Dios totalmente (….) Por lo tanto, la Iglesia recibe su certeza de todo lo revelado no sólo en las Sagradas Escrituras. Una como la otra debe ser aceptada y venerada con sentimientos similares de compasión y respeto”.Esta es la tradición que afirma que la interpretación de la Biblia no debe hacerse sólo de manera intelectual, y debe ser enfrentada e insertada dentro de la tradición de la Iglesia Católica, según el Papa.La posición medieval de Francisco, es posible que desagrade a los católicos contestatarios y protestantes que defienden el derecho a la libre interpretación de las Escrituras. Lo que el Papa no puede aceptar.“La insuficiencia de cualquier interpretación sugestiva, o simplemente limitada a un análisis es incapaz de captar el sentido global que se ha construido hace siglos por la tradición de todo el pueblo de Dios”.

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EL PAPA REIVINDICA "EL CAMINO DE LA HUMILDAD"
FRANCISCO: "SI UNA PERSONA NO SE REBAJA, NO ES CRISTIANA"
"NO SIGNIFICA IR POR LA VIDA CON LA CABEZA BAJADA" 
El Papa Francisco ha destacado que "la regla de oro" del cristiano es "progresar, avanzar y rebajarse" y ha insistido en que si una persona "no se rebaja, no es cristiana", durante la Misa celebrada este lunes por la mañana en la capilla de la Casa San Marta en la que algunas hermanas de la caridad han renovado sus votos y en la ha participado el personal del Centro Televisivo Vaticano (CTV).Asimismo, el Pontífice en la Misa celebrada este lunes, fiesta litúrgica de la Anunciación, ha destacado que Dios "no es un Dios falso", "un Dios de madera, hecho por los hombres", sino que es un Dios que "prefiere el camino de la humildad", que es el mismo camino seguido por Jesús, un camino por el que se humilló hasta la Cruz.Además, el Papa ha señalado que "la humildad cristiana se eleva a Dios para que quien es testigo sepa 'rebajarse' para darle espacio a su caridad". En este sentido, ha rememorado el camino que María y José recorren hasta Belén, la humildad de María que deja su alma a la voluntad de Dios, pese a no entender bien lo que ocurre y cómoJosé se rebaja para llevar sobre sí la responsabilidad del hijo que espera su esposa.En esta línea, el Pontífice ha indicado que este camino de la humildad es "opuesto al de los ídolos fuertes" que se hacen escuchar y que dicen 'Aquí mando yo'. No obstante, ha agregado que "ser humildes no significa ir por la vida con la cabeza bajada, sino recorrer ese camino que lleva de la humildad a la caridad.Finalmente, el Papa Francisco ha invitado a solicitar "la gracia de la humildad, pero de esta humildad que pasa por el camino de la caridad" y ha finalizado que "si no hay humildad, el amor permanece bloqueado y no puede fluir".

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NO QUEREMOS UN MUNDO OSCURANTISTA
CARDENAL TERRAZAS: «NO QUEREMOS UNA IGLESIA MIEDOSA»
«Dejen de pasar horas y horas hablando en televisión o en radio contra los zapatos del Papa, contra la cruz… el Papa no es ni esa cruz ni son los zapatos. El Papa es el representante de Cristo y Él tiene una misión, la misión de hacer que la Iglesia no tenga miedo y que la Iglesia abra sus puertas y que la Iglesia escuche también el clamor de los demás». El también Arzobispo de Santa Cruz, se mostró contento y en su prédica exhortó fuertemente a trabajar por la paz.(Los Tiempos/InfoCatólica) Las palabras corresponden al cardenal Julio terrazas, quien celebró ayer su primera homilía después de haber permanecido ausente por más de 40 días, desde que viajó al Vaticano, a la celebración del cónclave que eligió al cardenal argentino Jorge Bergoglio como el nuevo papa Francisco.Terrazas dijo ayer que el mensaje del Papa es despojarse de todos los miedos para que la Iglesia Católica se acerque más a su pueblo. «Abran las puertas, no se encierren, no tengan miedo y salgan. No queremos una Iglesia miedosa y una sociedad que no tiene conciencia de sus valores humanos», afirmó en su acostumbrada homilía en la catedral de Santa Cruz, según discurso reproducido por Anf.«No queremos un mundo oscurantista, queremos un mundo abierto, que sea capaz de comprender las cosas que se viven hoy, pero que también sea capaz de sembrar aquellas semillas del reino que cuesta que se acepte pero que producen frutos para todos», agregó. El también Arzobispo de Santa Cruz, según Anf, se mostró contento y en su prédica exhortó fuertemente a trabajar por la paz.Recordó que aún estamos celebrando y que debe persistir la alegría de la Pascua.Remarcó varias veces que uno de los frutos más importantes de la Pascua es la paz «es un regalo del resucitado y un Don de Dios» agregó al señalar que «la paz exige también otra actitud fundamental que la celebramos hoy con la llamada fiesta de la misericordia», afirmó.A tiempo de valorar la enseñanza del papa Francisco sobre la misericordia de Dios, el cardenal Julio señaló que «Dios perdona siempre, somos nosotros los que no perdonamos»
Fuente:
Este contenido ha sido publicado originalmente por INFOCATOLICA.COM en la siguiente dirección (lunes 08 de abril 2013): http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=16990





La Reverenda Poindexter escondía sus alzacuellos rezando en una Iglesia Católica... y se convirtió



La conversión es un proceso interior en el que se llega a la certeza de que realmente vas hacia algo mejor. Sin embargo, en ocasiones la llegada a la Iglesia Católica no siempre es fácil para quien da este paso por todas las circunstancias que pueden rodear a este hecho. Y si no que se lo digan a Linda Poindexter, que tras años de discernimiento abrazó el catolicismo aunque no sin antes superar algunas dificultades. 

Esta estadounidense era la esposa de uno de las personas más importantes de EEUU, el contralmirante John Poindexter, consejero de Seguridad Nacional con Ronald Reagan y más tarde con George W. Bush, director de la Oficina de Proyectos de Investigación Avanzada del Pentágono. Pero a este hecho hay que sumar el importante detalle de que Linda era sacerdotisa episcopaliana justo en el momento de su conversión al catolicismo. Varios fueron los motivos que le fueron llevando poco a poco hacia la Iglesia. La figura de la Virgen, la Eucaristía, el concepto de autoridad y su desagrado con las cuestiones morales que se estaban llevando a cabo en su confesión sobre el aborto o la ordenación de homosexuales fueron puntos culminantes.

Sacerdotisa episcopaliana En 1986 fue ordenada sacerdotisa porque tenía la inquietud de ayudar de manera más activa en su comunidad. Durante 13 años ejerció este ministerio. Sin embargo, ya en estos momentos comenzó a valorar ciertas circunstancias de sus hermanos católicos. Cuando se ordenó “me encontré frente a obligaciones contrapuestas: las necesidades de mi familia y las necesidades de mi comunidad. Me resultaba complicado atender a unas y otras. Mis hijos ya no vivían en casa, pero me daba cuenta que la maternidad no acaba nunca. Cuando llegaron los nietos, fue duro no poder estar con ellos. Ahí comencé a entender la lógica del celibato sacerdotal como una auténtica bendición de Dios”. Del mismo modo, Linda se sentía orgullosa de “poder decidir con independencia en lo doctrinal” pues “rechazaba recibir la interpretación de la Palabra de Dios de una persona o institución”.

Sus reticencias en cuestiones morales Este pensamiento fue cambiando poco a poco tras observar cómo iba cambiando su iglesia. “Vi que la convención de la Iglesia episcopaliana se situaba siempre contra cualquier legislación restrictiva del aborto” por lo que ella empezó a preocuparse mucho “por una iglesia que no censuraba abiertamente el asesinato de niños inocentes”. Poco a poco se le fueron generando cuestiones morales que no conseguía responder. “A principio sostenía que equivocadamente que no podía imponer mi propia moral a nadie, pero empecé a darme cuenta de que el aborto voluntario es siempre contrario al querer de Dios”, afirma Linda Poindexter. Asimismo, agrega que llegó a este convencimiento gracias al testimonio de la Iglesia Católica y su compromiso con la vida. “A menudo daba gracias a Dios por el testimonio tan coherente de la Iglesia Católica en cuestiones de moral y de doctrina y empecé a sentir un enorme respeto por el Santo Padre y a rezar por él”.

Sus visitas a escondidas al templo católico En ese punto perdió la paz y necesitaba hallarla de nuevo. La oración ya no era posible donde trabajaba. “Estando destinada a una parroquia (como sacerdotisa) me resultaba difícil orar en el mismo lugar de mi trabajo. Había una iglesia católica a pocos minutos y yo solía ir a orar. Me ponía una bufanda para tapar mi alzacuello. Recuerdo sentir un vago deseo, casi un anhelo: ojalá un día pueda ser católica”. En ese templo, al entrar “hice la genuflexión y me arrodillé a rezar. Desde el primer momento sentí una paz y un bienestar enorme. Me pregunté si debía hacerme católica”. Poco a poco sus visitas a esta iglesia fueron haciéndose más frecuentes. “Iba a hurtadillas a la misa del mediodía y me estaba enamorando del catolicismo”.
La Virgen y el Catecismo En este caminar le ayudó como a tantísimos conversos la obra del cardenal John Henry Newnan, que hizo el mismo camino que ella. Muy pronto también sintió a la Virgen María como madre. “Compré varios libros sobre la Virgen y se me ocurrió la idea de rezar el Rosario. Me hizo un gran bien”, recuerda ahora Linda Poindexter. De ahí pasó a conocer realmente la fe católica mientras aún era sacerdotisa episcopaliana. “Me compré un catecismo católico. ¡Qué gran regalo aquella exposición tan clara de la fe!”. Su conversión estaba en marcha. “Comencé a asistir a misa una o dos veces entre semana y continué leyendo, rezando y reflexionando sobre mi posible conversión. Los domingos seguía yendo con mi marido a la iglesia episcopaliana, pero la liturgia se me hacía aburrida. No sentía ninguna devoción”.
“Un aluvión de gracia” en la Vigilia Pascual El momento clave se produjo en el Adviento de 1998, en el que fue a misa todos los días y en el que “experimenté un aluvión de gracia”. La decisión estaba tomada. Linda Poindexter fue recibida en la Iglesia Católica en la Vigilia de Pascua de 1999. Dos años más tarde su marido también se hizo católico. Linda dejó el sacerdocio y pasó a ser una seglar en la Iglesia Católica. Ha podido volver a ser abuela mientras ahora desempeña un nuevo papel en la evangelización. Pero ahora disfruta sobremanera con la Eucaristía, “una presencia real de Cristo, tan evidente…”.
Fuente:
Este contenido ha sido publicado originalmente por CAMINEO.INFO en la siguiente dirección (domingo 07 de abril de 2013): http://www.camineo.info/news/270/ARTICLE/26128/2013-04-06.html



Un Papa del Fin del Mundo


LA SORPRESIVA elección del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio como el nuevo Papa marca un hito histórico en la trayectoria milenaria de la Iglesia Católica. No sólo se trata del primer jesuita que alcanza el trono del apóstol  Pedro, sino también del primer Pontífice latinoamericano -los cardenales “me vinieron a buscar del fin del mundo”, dijo ayer desde el balcón de la Plaza de San Pedro- , lo cual constituye una novedad enorme y un potente símbolo del cambio en el eje geográfico de la Iglesia.Con la elección de Francisco I, el Colegio Cardenalicio ha reconocido una realidad indiscutible y una tendencia que viene registrándose desde hace décadas. Mientras el número de fieles se estanca o disminuye en Europa, la Iglesia crece en los denominados países del sur. Así como la elección de Benedicto XVI en 2005 mostró el deseo del Colegio Cardenalicio por reforzar el interés por el Viejo Mundo, un continente que culturalmente se aleja de los valores cristianos, ahora la designación de su sucesor da cuenta del ánimo al interior de la Iglesia por reconocer la diversidad de una institución que posee un verdadero alcance global y cuyo mensaje se escucha en todas las latitudes.  La expansión geográfica de la Iglesia Católica quedó de manifiesto ayer en la Plaza de San Pedro, cuando gente de muchas nacionalidades repletó el lugar y desplegó banderas de sus países de proveniencia a la espera del anuncio de quién había sido escogido. Dos tercios de los 1.200 millones de católicos viven en naciones en desarrollo, lo cual constituye un giro respecto de lo que ocurrió tradicionalmente, considerando que hace un siglo el 70% de los católicos provenía de Europa y Norteamérica. Dentro de este nuevo escenario, la presencia de América Latina es muy fuerte: con 425 millones de fieles, es la región del mundo que aporta más feligreses a esta confesión religiosa.Aunque el mensaje de la Iglesia pretende ser universal, no cabe duda de que el nombre de Francisco I quedará marcado en la historia como el del primer Papa latinoamericano, hecho que asimismo probablemente tenga influencia en los temas que aborde con mayor frecuencia o intensidad el recién designado Pontífice. En este sentido, es posible que, viniendo de América Latina, preste especial atención a la protección de los más pobres y a los excesos de las autoridades que abusan de su poder. También es esperable la llegada de un nuevo estilo al Vaticano, en especial si se toma en consideración el perfil intelectual del anterior Pontífice y el pastoral del elegido, así como su calidad de miembro de la Compañía de Jesús.Incluso más allá de lo estrictamente religioso, la decisión de los 115 cardenales electores representa asimismo un cambio cultural que pone de manifiesto la creciente importancia de lo que hasta hace poco algunos llamaban despectivamente la periferia del mundo.La Iglesia que dirige desde ayer Francisco I enfrenta grandes desafíos. Mucho se ha hablado en distintos sectores acerca de la necesidad de reformar la Curia vaticana, y es probable que el nuevo Pontífice pretenda realizar reformas en este ámbito, después de las críticas que han surgido respecto de la manera en que Benedicto XVI fue servido por una Curia que fue lenta para asistirlo en momentos cruciales, como ocurrió con la polémica desatada por el discurso que pronunció en Ratisbona en 2006 o con el estallido de los denominados “Vatileaks”. La burocratización de la Curia ha consolidado al interior de ella hábitos y prácticas que han terminado por dificultar el gobierno de una Iglesia que ha crecido y tiene presencia en los cinco continentes. En este ámbito, deberá seguir aplicando las normas aprobadas por Benedicto XVI en materia de transparencia y en el tratamiento de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes. La agenda papal también estará seguramente marcada por la manera en que se aproxime a otros credos y el acercamiento al islam y al judaísmo que ya han venido realizando sus predecesores.La Iglesia enfrenta, asimismo, la autoimpuesta tarea de la llamada “nueva evangelización”, labor iniciada por Juan Pablo II y continuada por Benedicto XVI, y que seguramente mantendrá Francisco I, quien ayer tuvo palabras de especial reconocimiento para su renunciado predecesor.  La noción de que el cristianismo ha ido perdiendo presencia frente a una cultura secular que busca reducir la creencia religiosa a una práctica privada representa un desafío de proporciones para la Iglesia y su nuevo Pontífice. La posibilidad de reevangelizar las sociedades donde los valores cristianos pierden terreno y la autoridad de la Iglesia Católica se ha visto cuestionada, hará que el Pontífice enfrente el desafío de hacer oír su voz con claridad y firmeza, tal como lo ha hecho en su país de origen al abordar temas como el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Queda por ver el papel que el Pontífice asignará en esta tarea al clero y también a los laicos, en especial en momentos en que diversos expertos identifican al denominado “catolicismo evangélico” como una de las tendencias que pueden definir el sello de este credo en las próximas décadas. Se trata de una tendencia que pretende abarcar la totalidad de la acción de la Iglesia, desde aspectos litúrgicos a teológicos y que pone en el centro de su programa la idea de la conversión, entrando de esta forma en contradicción con las iniciativas impulsadas por quienes  aspiran, desde algunos sectores, a evitar todo contacto con el mundo moderno y, desde otros, a contemporizar con los preceptos de éste.
Fuente:
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario LA TERCERA en la siguiente dirección (sábado 06 de abril de 2013): http://www.latercera.com/noticia/opinion/editorial/2013/03/894-513567-9-un-papa-del-fin-del-mundo-para-la-iglesia-catolica.shtml



El mensaje de la Iglesia Católica


El mensaje de la Iglesia Católica TIEMPO DE LECTURA: 1' 8'' NO. DE PALABRAS: 183 Martha Sánchez Campos 00:01 Viernes 05/04/2013 La dimisión de Benedicto XVI y la elección del papa Francisco han traído consigo una oleada de  noticias, artículos de opinión, cartas al director, comentarios en las redes sociales. Muchas de ellas de carácter informativo, otras con un enfoque crítico y negativo, pero otras tantas llenas de cariño y respeto. Esta gran cantidad de noticias y comentarios sobre la Iglesia ponen de manifiesto que la Iglesia Católica es una institución cuya vida no sólo importa a los católicos, sino a muchas personas que profesan otros credos, e incluso a aquellos que se declaran agnósticos o ateos. Todo esto muy a pesar de aquellos que sostienen que es una institución decadente, que ha dejado de ser importante para el mundo actual. La Iglesia Católica tiene y seguirá teniendo interés para la humanidad, porque su fin es dar a conocer a todos los hombres y mujeres a una Persona: Cristo, ante quien nadie puede permanecer indiferente, y cuya vida y enseñanzas trascienden la historia y las culturas. 
Fuente:
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección (viernes 05 de abril de 2013): http://www.elcomercio.com/cartas_a_la_direccion/mensaje-Iglesia-Catolica-carta-cartas_0_895110705.html

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